Las raciones grandes también tienen la culpa de la obesidad

Las ofertas en comida y las bebidas dulces están afectando tanto la salud, que se está estudiando regular y prohibir las  ofertas 2×1.

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Comer lo que necesitemos y detenernos cuando sea suficiente

No solemos comer solo para satisfacer nuestro apetito, la ansiedad tiene la culpa de la gran cantidad de alimentos que ingerimos.

Nuestro cuerpo requiere alimentos para tener energía y esta la conseguimos a través de los nutrientes. Así que es posible que la cantidad de comida que ingerimos no tenga nada que ver con los requerimientos fisiológicos de nuestro organismo.

Son muchos los elementos que afectan la manera en que comemos, ya que no solo es el hambre los que nos lleva a ingerir alimentos, las emociones y también los hábitos han alterado nuestro sentido de saciedad.

Ya sean factores psicológicos, endocrinos, sociales y la posible composición de algunos alimentos que alteran la cantidad y el mecanismo de consumo de nuestros alimentos, llegando hasta tal punto que comemos cantidades innecesarias de comida.

Gran parte de nuestro entorno se ve rodeado por anuncios que nos incitan a la ingesta de alimentos, todos ellos dentro de la categoría de víveres insanos, fácil y rápidos de comer. Creemos que comer bien y comer mucho van de la mano en muchas situaciones, esto es gracias a las campañas publicitarias y a la gran cantidad de establecimientos de comida rápida que nos encontramos diariamente.

Ambiente y sensaciones

El ambiente es un factor importante a la hora de interpretar las necesidades biológicas de nuestro organismo, impidiendo en algunas circunstancias comprender las sensaciones que nos llevan a comer. Cuando estamos en la calle, ya sea a la hora del almuerzo o cena, nos topamos con puestos de comida que nos llevan a comprar este tipo de alimentos para comer de una manera rápida y fácil.

Encontramos muchas ofertas que nos convencen a la hora de comprar paquetes familiares, los conocidos como 2×1 y descuentos hasta con un 50%. Las empresas han sabido entrar en el mercado de comida rápida con estas propuestas, que en la mayoría de los casos se nos hace difícil rechazar.

Existe una fundación, la “British Nutrition” compuesta  por profesores y un personal académico de la producción alimenticia, que han publicado una serie de consejos o guía para conocer cuál es el volumen apropiado de las dosis de alimentos que debemos ingerir al día.

Las raciones usan como medida las manos, por lo tanto, la porción de la ingesta debe basarse en el tamaño de estas.

Por ejemplo, una cantidad de queso sería dos pulgares, para la pasta debemos unir las manos y comeremos todo lo que queda dentro del cuenco formado por las palmas. Una técnica sencilla y fácil de aplicar para múltiples alimentos y que además cada ingesta seria personalizada, ya que la dimensión de la porción varía según el tamaño, la capacidad y el grosor de las manos.

No es el único manual que encontramos para alimentarnos correctamente, muchas guías nos ofrecen saber con todo detalle la cantidad y los nutrientes que comemos en casa durante  nuestra rutina alimenticia.

Hoy en día existen muchas aplicaciones que nos ofrecen información acerca de los alimentos, y la cantidad de nutrientes, proteínas y calorías que posee cada comida, ayudándonos a controlar la cantidad que nos llevamos a la boca.

Después de conocer lo que debemos comer y las ventajas que nos ofrece la tecnología, hoy en día para conocer y mejorar nuestra alimentación nos debemos preguntar: ¿es necesario que debamos acudir a guías y aplicaciones para saber exactamente lo que debemos comer? y ¿es adecuado y normal nuestro hábito alimenticio?

La respuesta a esto claramente es Sí

Los seres humanos se adaptan inconscientemente a hábitos que les perjudican, como fumar, beber, malas posturas, dormir fuera de las horas recomendadas y en este caso, comer. Conociendo nuestra conducta, es necesario acudir a guías que nos permitan conocer cuál es el mejor camino que nos devuelva a un estado saludable.

Estas guías están desarrolladas con métodos científicos que nos permite reconocer cuales son los procesos correctos a seguir, evitando aquellas pautas y reglas que no mantienen un criterio sincero como “pequeños cambios en la comida”, “evita ciertas grasas en una hora específica” “una dieta basada en tu peso”, todos estos títulos que no convencen y que al aplicarlos solo nos confunde y nos dejan con más peso del que teníamos.

Podemos acudir siempre al triángulo belga de la alimentación, que nos ofrece una información específica y muy difícil de falsear en otros métodos, sin duda alguna un método sencillo a través de una ilustración sincera y fácil de comprender.

La buena alimentación es vital para el funcionamiento correcto de nuestro cuerpo, ya que con malos hábitos alimenticios corremos el riesgo de padecer una gran variedad de enfermedades que pueden acortar nuestra vida.