Que sepas que una suicide girl es más que vestir de una determinada manera o tener ciertos gustos: es un estilo de vida. El origen del término data de 2001, cuando la artista Selena Mooney creó una comunidad virtual para chicas que se identificaran con la estética pin-up. Mediante suscripción, los usuarios podían acceder a una gran variedad de contenidos creados por ellas: blogs, fotografías, vídeos e incluso merchandising. ¿El objetivo? Según su fundadora, la celebración de la «belleza alternativa» en un entorno en el que las mujeres pudieran compartir sus aficiones y su arte.
Pronto el concepto evolucionó: las suicide girls pasaron a ser una comunidad global, cuya característica esencial era, curiosamente, la heterogeneidad.
Contents
Inetiquetables
El término suicide girls nada tiene que ver con el suicidio. El novelista Chuck Palahniuk, autor de El club de la lucha, fue el primero en describirlas en su obra Survivor, antes de que pasaran a ser tendencia. «Mis amigos y yo usamos el términos suicide girls para describir a esas chicas que vemos en la Plaza Pionner de Portland con monopatines en una mano», escribió Palahniuk, «escuchando a Ice Cube en sus Ipods mientras leen un libro del poeta Nick Cave«. En palabras del autor, las suicide girl son chicas atípicas: no encajan en ninguna categoría y, sin embargo, tienen gustos que entroncan con movimientos como el punk, el metal o el estilo gótico.
Sé una de ellas, por dentro y por fuera
Uno de los rasgos más significativos de las suicide girls son los tatuajes. No es casualidad: estos fueron muy populares en la época del pin-up, movimiento de referencia en la estética del movimiento. En cuanto al estilo de tatuajes de las suicide girls, los más populares son los que en la jerga de los tatuadores se conocen bajo la etiqueta de old school. Áncoras, sirenas o rosas son motivos recurrentes de este tipo de tatuajes. ¿Tienes ya alguno de estos? Son elementos que te transportan a los años 50 de la costa este estadounidense, atmósfera de referencia del movimiento suicide girls.
Pero si algo caracteriza a las suicide girls es que su apariencia es reflejo de una actitud interna de rechazo de las fórmulas tradicionales. La predilección por lo vintage y lo underground es consecuencia de una actitud crítica con el sistema. Aunque sean tendencia, las suicide girl dan la espalda a las modas que perpetúan los estereotipos, en especial los que afectan a la mujer. En ese sentido, se trata de un movimiento profundamente feminista: mediante una imagen definida y fuerte, la mujer se muestra al mundo como quiere ser. Ella es dueña de su cuerpo como de sus decisiones. La sensualidad y la liberación que destilan las suicide girls son un elemento fundamental de su personalidad.
Por último, hay algo que diferencia verdaderamente una suicide girl de alguien que, sencillamente, ha decidido apuntarse a la tendencia. El cuerpo de la suicide girl no es un mero escaparate: es el reflejo de sus inquietudes, de sus gustos y de su empoderamiento tanto en el ámbito sexual como cultural. En definitiva, es la prueba de que erotismo, revolución e intelecto no están reñidos.