Sí, señores, leyeron bien y no están soñando: existen rocas que se mueven solas en el Valle de la Muerte, en el Estado de California, Estados Unidos. Desde hace unos 60 años, este extraño y hasta intimidante fenómeno natural, viene asombrando a los científicos y, más específicamente, a los geólogos.
Contents
Características del lugar donde sucede este extraño fenómeno
Estas rocas que se mueven solas se desplazan “como quieren y a su antojo”, sin que nada las detenga. Sin embargo, como casi siempre (no siempre) sucede, existe una explicación científica para este fascinante y extraño fenómeno.
Resulta que el ya citado sitio “Racetrack Playa”, es el fondo arenoso de lo que, en alguna época remota de la historia de la tierra, era un lago. Más adelante, haremos una alusión más detallada a esta explicación.
Por lo pronto, anotemos que no todas las rocas se desplazan en la misma dirección, como queriendo decir “vamos para donde queremos y nadie nos lo impedirá”, lo que se sabe por los rastros que estas rocas dejan, tras su traslado longitudinal.
Lo más curioso del asunto, se constituye por el hecho de que, algunas veces, esos trazos-huellas se cruzan, formando una compleja red de líneas que se interceptan profusamente.
Estas rocas que se mueven solas son de diversos tamaños y formas.
Las rocas que se dedican a “caminar como se les antoja”, son de muy diversos tamaños y formas, que van desde pequeñas piedras que pasarían inadvertidas si no fuera porque se mueve por sí mismas, hasta enormes peñascos que, dicho sea de paso, son más altos que un ser humano promedio.
Ahora, se ha descubierto que no se trata de un fenómeno constante sino, más bien, de algo que sucede cada dos o tres años. Para agrandar, más aún, este enigma, tenemos que se ha logrado descubrir que algunas rocas suelen cambiar de dirección de manera repentina, “como si se tratase de coches”.
Se sabe, también, que se suelen volcar para, luego, seguir desplazándose en trayectorias que, algunas veces, son “normales” y, en otras ocasiones, son extrañamente caprichosas, como es el caso de las ya mencionadas, que cambian de dirección repentinamente.
Hasta aquí, todo pareciera relativamente “normal”, si es que podemos calificarlo de tal forma. Lo más insólito y extraño del asunto es que, algunas veces, estas rocas se desplazan en grupos, como si “estuviesen dirigidas por un comandante de pelotón”.
Ahora, en ciertas ocasiones se desplazan paralelamente hasta que, en determinado momento y punto específico, alguna o algunas de ellas, cambian de dirección de manera repentina, “desajustando la marcha militar”.
Parece algo sombrío y escalofriante ¿verdad? Y lo parecerá más enigmático e intimidante, cuando sepan que nadie, hasta nuestros días, les ha observado sus movimientos “en vivo y en directo”, por lo que no conocemos la velocidad de sus movimientos.
Durante décadas, han surgido toda una serie de explicaciones que no alcanzan a satisfacer a la Comunidad Científica, excepto una: parece que los recurrentes movimientos de agua que hay bajo la superficie de esta zona, se suelen congelar con cierta periodicidad (cada dos o tres años), formando delgadas láminas de hielo, que precipitan el hecho de que las rocas que se mueven solas, se desplacen como si estuviesen en una pista invisible.