Suiza cuenta con un gran reconocimiento a nivel global desde hace aproximadamente 5 siglos a causa de sus relojes.
Tradición, excelencia y calidad consisten en tres adjetivos que caracterizan a la relojería “swiss made”, por lo que no es de sorprender que la reputación que poseen los relojes de origen suizo alrededor del mundo no presente ningún rival.
Y es que los relojes suizos son conocidos y demandados por numerosos usuarios que incluso recurren a comprar relojes de segunda mano de este tipo sino tienen el presupuesto suficiente debido a la impecable calidad, conocimiento, innovación técnica, e incluso también estética que suele tener cada una de sus piezas.
Sin embargo, aún hay muchas personas que se preguntan por qué tienen tanta fama los relojes suizos, y en este post queremos responder a esta duda.
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Características principales de los relojes suizos
Los relojes de fabricación suiza destacan por ser capaces de presumir de utilizar distintas características de artesanía de calidad, las cuales les permiten convertirse en elemento de gran valor, como por ejemplo, las siguientes:
Metal Premium
El metal que se usa para fabricar estos relojes se distingue por tener un gran nivel de calidad.
Para comenzar, los relojes de origen suizo normalmente se encuentran elaborados a partir de acero quirúrgico real 316 L, el cual ofrece distintos beneficios.
Así, por ejemplo, en caso de algún rayón en el reloj, existe la posibilidad de pulirlo, además, este tipo de acero tiene la capacidad de tomar y retener de gran manera el esmalte, lo cual permite que los relojes luzcan como nuevo durante un largo tiempo.
Asimismo, hay que decir que este material resulta menos susceptible frente al óxido, razón por la cual no suele corroerse.
Los enlaces y la caja
Tanto las cajas como los enlaces se encuentran igualmente fabricados con acero, algo que se puede percibir con facilidad debido a que poseen un peso mayor que otros relojes. Además, al contrario de otras piezas de relojería, al estar creados con esta clase de acero, no suelen generar sensación de rasguño contra la muñeca, y no corroen la correa del reloj.
Cristal
La cara transparente de los relojes, igualmente denominada cristal, en el caso de los relojes fabricados en Suiza, resulta ser también de mayor calidad, lo cual se debe a que por lo general para su fabricación se utiliza cristal de zafiro sintético.
Este es un material de gran dureza que destaca por tener una muy buena resistencia ante los arañazos, y del mismo modo que ocurre con el acero, este material permite que los relojes luzcan nuevos durante un mayor periodo de tiempo.
Pasadores de enlace
Sus pasadores de enlace se encuentran cubiertos con fundas, lo cual ayuda a impedir el de roce de las partes metálicas entre ellas, evitando su desgaste.
Tapas de banda
Sus tapas de banda se distinguen por ser realmente sólidas, contrario a lo que sucede en el caso de otros relojes, donde son huecas y suelen romperse de forma sencilla, haciendo que sea preciso reemplazarlas constantemente.
Movimiento
Las entrañas mecánicas de los relojes suizos representan alrededor de un tercio o la mitad del precio que posee cada pieza.
Y es que al ser relojes fabricados artesanalmente, cada una de sus piezas y engranajes metálicos (tienen menor desgaste y es posible repararlos) se encuentran elaboradas a mano, y verificadas para garantizar que tengan un adecuado funcionamiento.
Esto es algo que no ocurre habitualmente con otros relojes, donde lo normal es que los engranajes sean plásticos, y su calidad no sea comprobada.
¿Por qué tienen tanta fama los relojes suizos?
La fama de los relojes suizos no se trata de algo nuevo, sino que se ha mantenido con el paso del tiempo, razón por la cual para conocer a que se debe la misma es preciso echar la vista al pasado.
Los relojes de origen suizo lograron conseguir una enorme popularidad en el pasado debido tanto a su precisión como a su gran calidad, aspectos que por varios siglos permitieron que se convirtieran en los más valorados y se les considerara como relojes que no fallaban.
Sin embargo, a finales del siglo XX, China y Japón comenzaron a fabricar copias de estas piezas suizas y comercializarlas por un precio reducido, lo que hizo que se extendieran a nivel global.
No obstante, pese a ser copias realmente exactas, no se comparaban con un auténtico reloj suizo.
Frente a esta situación, las principales casas relojeras de la época (SSIH y ASUAG) decidieron fusionarse y crear Swatch, una compañía que consiguió redefinir el concepto de reloj, y a través de una disminución de aproximadamente 80% en el precio de producción, lograron hacer frente a los países asiáticos en términos de precios, llegando a triunfar.
Así, además de tener la capacidad de competir de manera directa con los fabricantes asiáticos, lograban destacar por tener la etiqueta “swiss made”, que indicaba que realmente se trataba de relojes hechos en Suiza, lo cual les permitió ganar más fama.
Desde ese momento, los relojes suizos empezaron a disfrutar de un enorme reconocimiento a nivel global, el cual no solo se debía al ajuste de precios, sino también a la gran fiabilidad que tenían, y aún siguen teniendo.
Además, cabe destacar que su diversidad de estilos y diseños, los convertían en piezas ideales para cualquier ocasión.
De manera que se puede decir que los relojes suizos no tienen tanta fama únicamente por ser atractivos y de excelente calidad, sino también por su resistencia y durabilidad.